Los yacimientos de Huerta Varona y Monte Bernorio, protagonistas en la revista ‘Antiquity’
Bajo el título 'Landscapes of life and conflict in northern Spain: the Monte Bernorio in its Environment Project' los investigadores del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC) Jesús F. Torres Martínez (Kechu) y Manuel Fernández-Götz han publicado un artículo en la prestigiosa revista internacional de investigación arqueológica “Antiquity”, de Junio de 2018. Los equipos del IMBEAC y de la Universidad de Edimburgo han trabajado los últimos años en estos tres yacimientos arqueológicos y el artículo recoge la trayectoria de todos ellos. En especial el oppidum de Monte Bernorio que, por su importancia, se erige en punto central del interés de los arqueólogos y de las revistas de arqueología internacionales.
“Antiquity” es una de las publicaciones sobre arqueología más prestigiosas del mundo, para muchos el equivalente a la revista “Science” en Arqueología. En esta publicación los equipos científicos de arqueólogos de todo el planeta intentan que sus trabajos sean publicados, dado el enorme prestigio y difusión que esta publicación posee. La revista, está presente en todas las bibliotecas universitarias y en las mejores bibliotecas del todo el planeta.
La estancia del equipo escocés en la ciudad fortificada tenía como fin principal la realización de un amplio estudio para poder desarrollar un tipo de análisis denominado “KOCOA Terrain Analysis” que permite evaluar la importancia del terreno de cara al desarrollo de las operaciones militares. Este tipo de análisis, que realizan actualmente las fuerzas militares de forma previa al desarrollo de combates en un espacio determinado, ha sido aplicado a la batalla de la toma del Bernorio a partir de las informaciones que las investigaciones arqueológicas han sacado a la luz. En el artículo participan también los investigadores Jesús F. Torres Martínez (Kechu), Manuel Fernández-Götz y Antxoka Martínez Velasco que ayudaron a C. J. Brown en sus investigaciones.
Estas nuevas publicaciones internacionales del IMBEAC sobre el oppidum de Monte Bernorio y los yacimientos de Huerta Varona y Mata del Fraile forma parte de de la campaña de proyección internacional que el IMBEAC desarrolla desde el año 2011. El objetivo es situar yacimientos relevantes como estos entre los yacimientos arqueológicos “de referencia” en la Arqueología protohistórica europea. El IMBEAC continuará publicando artículos sobre los logros obtenidos en sus proyectos de investigación en las principales revistas científicas sobre Arqueología. Mediante estas comunicaciones de nuestros logros, el IMBEAC, que se sostiene por donativos de particulares, empresarios y algunas Instituciones públicas, quiere mostrar en que invertimos los fondos que obtenemos.
Estas nuevas publicaciones internacionales del IMBEAC sobre el oppidum de Monte Bernorio y los yacimientos de Huerta Varona y Mata del Fraile forma parte de de la campaña de proyección internacional que el IMBEAC desarrolla desde el año 2011. El objetivo es situar yacimientos relevantes como estos entre los yacimientos arqueológicos “de referencia” en la Arqueología protohistórica europea. El IMBEAC continuará publicando artículos sobre los logros obtenidos en sus proyectos de investigación en las principales revistas científicas sobre Arqueología. Mediante estas comunicaciones de nuestros logros, el IMBEAC, que se sostiene por donativos de particulares, empresarios y algunas Instituciones públicas, quiere mostrar en que invertimos los fondos que obtenemos.
Monte Bernorio
Las últimas investigaciones arqueológicas apuntan a que Bérgida estaba situada en Monte Bernio. Los hallazgos del yacimiento confirman que fue una importante ciudad fortificada cántabra, asaltada y destruida a sangre y fuego tras una batalla desarrollada a sus pies y el posterior asalto de las legiones romanas dirigidas por Augusto. Los trabajos arqueológicos que se desarrollan desde el año 2004 en la Zona Arqueológica de Monte Bernorio han servido para delimitar la estructura defensiva del núcleo y localizar varios espacios de hábitat, con lo que se ha definido su perímetro real, tamaño y estructura, mucho mayor de lo que se había calculado hasta entonces.
Las excavaciones realizadas hasta ahora han permitido establecer que las primeras utilizaciones de los espacios de la cima de la montaña se producen en la Edad del Bronce Medio (siglo XV a.C. aprox.) y que existía una ocupación estable de la población desde el siglo IX a.C., manteniéndose la ocupación con un potente desarrollo urbanístico, hasta el siglo I a.C.
Es en la Segunda Edad del Hierro (a partir del siglo IV a.C.) cuando el núcleo de Bernorio se convertirá en una verdadera “ciudad fortificada” con una estructura interior de 28 hectáreas y una superficie defendida de más de 90 hectáreas, lo que lo convierte en unos de los oppida más importantes del norte de la Península Ibérica y lo sitúa entre los más grandes de Europa.
El final del núcleo se produjo con el asaltado y destrucción por parte de las legiones romanas alrededor del año 25 a.C. dentro de la primera fase de las “Guerras Ástur-cántabras”. Tras ser arrasada la ciudad fortificada, se estableció un fuerte romano en la parte más elevada de la cima. Las intervenciones han permitido excavar una porción de la muralla, una parte de su foso perimetral y uno de los terraplenes defensivos de tierra que formaban parte de su complejo sistema defensivo. En el interior se han excavado dos edificaciones y se han recuperado incluso fragmentos de paredes con pinturas que decoraban el interior de las viviendas.
Destaca el importantísimo hallazgo, verdaderamente excepcional, de un fragmento de documento de tipo jurídico (una tessera de hospitalidad) que contiene el más antiguo texto escrito localizado hasta el momento en todo el cantábrico y donde se identifica lo que parece una nueva variante dialectal de lengua céltica. Además, se han localizado varias áreas de necrópolis y se ha podido identificar un nuevo tipo de ritual funerario y otras estructuras de tipo ritual esconocidas hasta el momento. Estos resultados son solo una muy pequeña parte de lo que este yacimiento puede aportar al conocimiento de la Edad del Hierro en el norte de España y el occidente de Europa.
Las excavaciones realizadas hasta ahora han permitido establecer que las primeras utilizaciones de los espacios de la cima de la montaña se producen en la Edad del Bronce Medio (siglo XV a.C. aprox.) y que existía una ocupación estable de la población desde el siglo IX a.C., manteniéndose la ocupación con un potente desarrollo urbanístico, hasta el siglo I a.C.
Es en la Segunda Edad del Hierro (a partir del siglo IV a.C.) cuando el núcleo de Bernorio se convertirá en una verdadera “ciudad fortificada” con una estructura interior de 28 hectáreas y una superficie defendida de más de 90 hectáreas, lo que lo convierte en unos de los oppida más importantes del norte de la Península Ibérica y lo sitúa entre los más grandes de Europa.
El final del núcleo se produjo con el asaltado y destrucción por parte de las legiones romanas alrededor del año 25 a.C. dentro de la primera fase de las “Guerras Ástur-cántabras”. Tras ser arrasada la ciudad fortificada, se estableció un fuerte romano en la parte más elevada de la cima. Las intervenciones han permitido excavar una porción de la muralla, una parte de su foso perimetral y uno de los terraplenes defensivos de tierra que formaban parte de su complejo sistema defensivo. En el interior se han excavado dos edificaciones y se han recuperado incluso fragmentos de paredes con pinturas que decoraban el interior de las viviendas.
Destaca el importantísimo hallazgo, verdaderamente excepcional, de un fragmento de documento de tipo jurídico (una tessera de hospitalidad) que contiene el más antiguo texto escrito localizado hasta el momento en todo el cantábrico y donde se identifica lo que parece una nueva variante dialectal de lengua céltica. Además, se han localizado varias áreas de necrópolis y se ha podido identificar un nuevo tipo de ritual funerario y otras estructuras de tipo ritual esconocidas hasta el momento. Estos resultados son solo una muy pequeña parte de lo que este yacimiento puede aportar al conocimiento de la Edad del Hierro en el norte de España y el occidente de Europa.
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