La Junta entierra (oficialmente) el Parque Natural de Fuentes Carrionas

El Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente del Cobre dejará de existir próximamente. Por lo menos de forma oficial. La Junta de Castilla y León va a procecer en los próximos días a enterrar esa denominación del espacio protegido y cambiarla por la de Parque Natural Montaña Palentina. Según han indicado desde el Ejecutivo autonómico, está previsto que el Consejo de Gobierno de este jueves tome la decisión oficial, coincidiendo con la aprobación del anteproyecto de Ley de Declaración del Parque Natural de los Sabinares del Arlanza-La Yecla en Burgos. En cualquier caso, no se prevé que este cambio tenga efectos prácticos.

El parque natural consta de 78.179 hectáreas distribuidas por los numunicipios de Aguilar de Campoo, Brañosera, Castrejón de la Peña, Cervera de Pisuerga, Dehesa de Montejo, La Pernía Polentinos, San Cebrián de Mudá, Triollo y Velilla del Río Carrión. Sus picos y crestas, modelados en las duras y apretadas calizas de montaña, sobrepasan los 2.500 metros de altura y conforman un singular relieve a base de fantásticas agujas, impresionantes precipicios, altivos cantiles y profundos valles. Dos importantes ríos tienen sus fuentes en estas montañas, el Carrión y el Pisuerga.

Su vegetación presenta una notable variedad resultado de las diversas condiciones climáticas que se conjugan en este área, a caballo entre la región atlántica y mediterránea. En consecuencia, se encuentra en ella tanto encinares y sabinares albares como hayedos, robledales o abedulares. Esta variedad de condiciones ecológicas se traduce igualmente en una llamativa diversidad faunística, con un notable buen estado de conservación, siendo representativo al respecto la persistencia de una reducida población de oso pardo, especie catalogada en peligro de extinción.

La finalidad de la constitución del parque natural es contribuir a la conservación y mejora de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos, en armonía con los usos, derechos y aprovechamientos tradicionales y con la realización de actividades educativas, científicas, culturales, recreativas, turísticas o socioeconómicas compatibles con la protección del espacio. Además, también se busca garantizar los derechos históricos de la población asentada así como la mejora de la calidad de vida y su bienestar social.