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Un nuevo libro de la Fundación Santa María la Real analiza el papel de las mujeres en el Románico


La Fundación Santa María la Real acaba de editar un nuevo libro que profundiza el papel de las mujeres en los siglos del Románioc. La obra lleva por título “Féminas. El protagonismo de la mujer en los siglos del románico” y recoge las siete investigaciones presentadas durante el curso de Las Claves del Románico. En colaboración con el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, se han editado 1.000 ejemplares del libro, que ya está a la venta en la tienda online de la Fundación y en librerías especializadas.

“El papel de la mujer en la sociedad medieval es complejo y difícil de conocer ya que las fuentes documentales aportan pocos datos sobre sus vivencias cotidianas. Aun así, en las últimas décadas han sido muchos los trabajos de investigación que han ido desgranando las múltiples facetas del universo femenino en sus distintos ámbitos de acción: doméstico, público, religioso, cultural o laboral”, explica Pedro Luis Huerta, coordinador de las publicaciones de nuestra Fundación.

Precisamente, algunos de esos trabajos fueron los que se expusieron este verano en el curso Las Claves del Románico y que ahora recoge este libro. En él, como ya pasó en las jornadas, siete expertos investigadores se encargan de “matizar la imagen estereotipada de las mujeres como “hijas de Eva”, abriendo nuevas perspectivas de investigación encaminadas a conocer su implicación real en la producción artística de los siglos XI al XIII”.

“El objetivo de la publicación es, por un lado, conocer la condición de la mujer en la sociedad del momento y, por otro, analizar su protagonismo en el desarrollo del arte románico, tanto desde el punto de vista de la promoción como de la ejecución material de las obras, sin olvidar otros aspectos relacionados con las formas de representación y con sus actividades más cotidianas”, aclara Huerta en el prólogo del libro.

Reinas, infantas y señoras
El primer capítulo está firmado por Diana Pélaz, de la Universidad de Santiago de Compostela, y se centra en los espacios que ocuparon las mujeres medievales; lugares, “en los que podemos encontrarlas de una manera inequívoca: la casa, el convento o el palacio” y en los que se comprueba “que su presencia no habla de ataduras, sino de la sociabilidad y la interacción que se construye más allá de sus muros”.

Un ejemplo claro de los vínculos que construyeron las mujeres del románico, lo constituyen para Pélaz, “las cortes medievales”, dado que “las reinas se hacían visibles ante un amplio territorio a través de mecanismos muy diversos”. Se posicionan como benefactoras y promotoras de monasterios y fundaciones eclesiásticas, pero también “se encargan de confeccionar lazos que discurren por las ciudades y villas del territorio que gobiernan junto a sus esposos”.

De ellas, precisamente, de “reinas, infantas y señoras” escribe Concha Cosmen del Instituto de Estudios Medievales de la Universidad de León. Cosmen analiza el patronazgo artístico que ejercieron las élites femeninas en los monasterios cistercienses de Castilla y León entre los siglos XII y XIII, apuntando que llegaron a promover hasta 15 abadías: siete en el Reino de León y ocho en el de Castilla, de las cuales diez eran femeninas y cinco masculinas.
La representación de la mujer en el arte medieval

Pero, ¿cómo se representó a la mujer en el arte románico? La respuesta nos la da, entre otros, José Antonio Olañeta, de la Universidad de Barcelona, que profundiza en la representación de las donantes y promotoras femeninas en la escultura y la pintura, indagando en su rango y motivaciones, en los diversos modelos iconográficos que utilizaron o en sus diferencias con respecto a los patrones seguidos por hombres.

Por su parte, Verónica Abenza, de la Universidad Autónoma de Barcelona, se centra en el análisis de los espacios funerarios femeninos, fijando su mirada en ajuares y sepulcros para poner de relieve el “protagonismo de la mujer en torno a la muerte”. Y entrando ya más en detalle, Victoriano Nodar, de la Universidad de Vigo, se adentra en el imaginario románico de la catedral de Santiago de Compostela donde hallamos un nutrido repertorio de imágenes femeninas esculpidas en diversos formatos -relieves, capiteles y canecillos- “con un carácter marginal y con una intención catequizante”.

Juglaresas y bordadoras
La parte final de la publicación se encarga de analizar el papel de la mujer en la música y la producción textil del momento, con sendos textos a cargo del investigador Josemi Lorenzo y la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Laura Rodríguez. Pese al “tabú cultural” que existía en torno a la voz femenina y a que en muchos casos el aprendizaje de la escritura o la polifonía se realizaba en espacios a los que no tenían acceso, “las mujeres hicieron música, compusieron, dirigieron, enseñaron, interpretaron, danzaron y escribieron sobre ella”, apunta Lorenzo.

Las mujeres también desarrollaron un importante papel en la actividad textil. Bordar y tejer fueron labores en las que las nobles damas ocupaban gran parte de su tiempo. Pero en otros estamentos también se dedicaron de forma profesional al desempeño de distintas labores textiles, tal y como explica en su texto Laura Rodríguez, que también ahonda en cómo la indumentaria podía servir para distinguir la condición social de la mujer o su religión. 

El libro, del que se han editado 1.000 ejemplares en colaboración con el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, está ya a la venta al precio de 24 euros.

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