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La Fundación Oso Pardo inicia acciones legales por la muerte de una osa en una cacería de la Montaña Palentina


La Fundación Oso Pardo (FOP) ha iniciado ya acciones legales para pedir el esclarecimiento de la muerte a tiros de dos hembras de oso pardo durante la jornada de ayer, ambas en el transcurso de cacerías de jabalís. Una de ellas fue abatida en el Parque Natural de la Montaña Palentina por un cazador que, al parecer, la confundió con un jabalí. La segunda osa muerta se trata de Sarousse, reintroducida en los Pirineos franceses en 2006, y establecida en la Ribagorza aragonesa desde 2010 en donde fue tiroteada también por otro cazador que ha alegado defensa propia.

Los hechos ocurrieron durante una cacería autorizada, que se realizó en el día de ayer en la reserva regional de caza Fuentes Carrionas en el término municipal de Cervera de Pisuerga, en la que supuestamente un cazador disparó sobre el animal. La Guardia Civil de Palencia investiga a un vecino de Velilla del Río Carrión, como presunto autor de un delito de caza contra la flora, la fauna y animales domésticos, que causó la muerte del ejemplar.

La FOP ha solicitado a las Fiscalías Superiores de Justicia de Castilla y León y de Aragón que ordenen el inicio urgente de Diligencias de Investigación para asegurar la obtención de todas las pruebas necesarias que permitan aclarar lo sucedido y comprobar si hay responsabilidad penal en los actos de caza mencionados y ello con todas las garantías procesales requeridas. No debe olvidarse que los actos de caza de especies en peligro de extinción pueden conllevar penas de hasta dos años de privación de libertad, y tres años, si es un espacio natural protegido; además de graves inhabilitaciones. Quizás sea el momento de plantearse el agravamiento de las penas de estos delitos, a la vista de la reiteración de estas muertes en circunstancias similares.

En el caso de la Montaña Palentina, se trata del tercer oso tiroteado por cazadores locales en los últimos años, debido supuestamente a confusiones con jabalíes. Y aunque se trate de un escenario geográfico diferente, Sarousse también ha muerto durante la celebración de una cacería. "Una situación que exige cambios de calado en la práctica de la caza en zonas oseras, tal y como que venimos planteando en las mesas de trabajo con la administración, en concreto con la castellano y leonesa en los últimos dos años", apunta la organización. 

La FOP considera ineludible que el compromiso de los cazadores en zonas oseras sea firme y formal, es decir, que cada cazador participante reconozca por escrito que es conocedor de las buenas prácticas a seguir en un área con presencia de osos, y se atenga a las consecuencias de no cumplirlo. La FOP comenzará las gestiones de forma inmediata y las extenderá a las administraciones del ámbito pirenaico, así como a mesas de trabajo con la Real Federación Española de Caza para mejorar la formación y la sensibilización de los cazadores.

Por otra parte, algunas voces están reclamando la prohibición de la caza en zonas oseras. "Queremos manifestar al respecto que no es un escenario realista debido a la extensa área, de miles de km2, por la que se distribuye la especie actualmente. También es importante subrayar que uno de los motores fundamentales de la recuperación del oso pardo cantábrico ha sido el diálogo permanente y el acuerdo con los habitantes del territorio; con todos los sectores que integran el medio rural, entre ellos el de la caza. Esta es una realidad incontestable que es reconocida internacionalmente como un éxito de conservación, y que requiere por parte del conjunto de la sociedad una respuesta alejada de argumentos polarizados", concluye la organización.

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