CyL, Asturias y Cantabria proponen actuaciones coordinadas para la rehabilitación y climatización del oso pardo
El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, junto con sus homólogos del Gobierno de Cantabria y Principado de Asturias, han visitado las instalaciones del Centro de Referencia para la aclimatación de osos pardos de la cordillera cantábrica, situado en instalaciones de la Junta de Castilla y León en la finca de Valsemana (La Ercina, León). Por aquí han pasado las oseznas Saba y Éndriga antes de su reintroducción en su medio natural, una acción a la que también podrían ser sometidos ejemplares de otras zonas oseras como la Montaña Palentina que tengan que ser extraídos, por cualquier circunstancia, de su medio natural.
Estas instalaciones, ubicadas en la 'Dehesa de Valsemana', en el término municipal de La Ercina, en el centro de la provincia de León, son propiedad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León y fueron construidas en los años 80 del siglo pasado. Gracias a las inversiones realizadas en estos dos últimos años por la Junta de Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica y del Reto Demográfico, se han convertido en el Centro de Referencia para la aclimatación de oso pardos en la Cordillera Cantábrica.
En el año 2019 fue la osezna Saba quien pasó por las instalaciones para su aclimatación previa a su reintroducción en el medio natural y en la actualidad la osezna Éndriga, procedente de Asturias, finaliza su aclimatación para ser reintroducida próximamente en el medio natural.
Tienen una superficie de unas 800 hectáreas, de las cuales 300 se dedican en exclusivo a la cría en semicautividad de corzo, siendo el resto monte abierto. Cuentan con una zona de instalaciones y servicios de unas 4 hectáreas en las que se ubica una casa museo, nave de servicios (zona veterinaria, cámara frigorífica…), zona de oficinas y baños, zona de cría de mastines, y 2 oseras de 0,60 y 0,92 hectáreas cada una, encontrándose también en su recta final la construcción del centro de cría en cautividad del urogallo cantábrico.
Durante los dos últimos años se han hecho inversiones en estas oseras por valor superior a los 100.000 euros para mejorar sus instalaciones y adecuarlas a las necesidades propias de un recinto de aclimatación de osos pardos. Estos recintos seminaturales de aclimatación, que cuentan con casi 15.000 m2, presentan arroyos con agua natural en su interior, arbolado, cuevas artificiales naturalizadas, salas de manejo y equipos de videovigilancia durante las 24 horas, además de un completo aislamiento de contacto humano, característica básica para evitar comportamientos de habituación de los ejemplares cuyo objetivo es la rehabilitación y aclimatación previa a su reintroducción al medio natural.
Estas instalaciones de aclimatación previa a la reintroducción al medio natural son decisivas para intentar devolver a osos con problemas al medio natural dándoles una oportunidad a estos ejemplares para su vuelta a la libertad y evitando así que tras su recuperación clínica su única alternativa sea como ejemplares irrecuperables en parques zoológicos o centros de educación ambiental.
Durante la tarde de hoy, han sido visitadas por el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, junto con sus homólogos del Gobierno de Cantabria, Antonio Lucio, y del Principado de Asturias, David Villar.
Oseznas Saba y Éndriga
Durante el año 2019 fue la osenza Saba la que permaneció en el recinto hasta el 5 de noviembre de 2019, período en el que se pudo comprobar su aclimatación al medio, realizando búsqueda del alimento aportado por todo el recinto. El ejemplar fue trasladado a un punto seleccionado en el Parque Nacional de Picos de Europa, donde se mantiene su seguimiento.
Desde el día 9 de diciembre de 2020 se recupera en el Centro de Referencia de Valsemana la osezna Éndriga. Esta osezna fue recogida durante el verano de 2020 por la Guardería del Medio Natural del Principado de Asturias, tras el seguimiento de una osa con dos crías en el Valle de Saliencia (Somiedo), que comprobó que una de las crías perdía condición corporal y le costaba cada vez más seguir al grupo, por lo que la madrugada del 27 al 28 de agosto se recogió el ejemplar y se trasladó a una clínica de Oviedo, donde se realizaron las primeras curas y estabilización del ejemplar.
Al ingreso de la osezna en la clínica veterinaria, presentaba hipotermia, hipoglucemia, y un peso muy por debajo de lo normal para su edad (6,5 kg – el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kg). Presentaba asimismo lesiones cutáneas que se diagnosticaron como sarna demodécica por raspado y observación al microscopio, además de numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras. En el hospital se estabilizó al esbardo, se rehidrató, se limpiaron y curaron sus lesiones cutáneas, se instauró un tratamiento farmacológico y se inició su alimentación hasta su traslado el 31 de agosto al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria.
La evolución de la osezna en los más de tres meses que estuvo ingresada en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria fue muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.
En el citado centro se mantuvo ingresada con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales del esbardo y evitar su habituación a las personas.
A pesar de que la evolución de Éndriga fue muy buena, y se pudo considerar a nivel clínico como “fuera de peligro”, el Comité Veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico consideró que no se trataba de una osezna apta para una liberación inmediata, puesto que su estado clínico, crecimiento y comportamiento aún requerían de cierto control, aunque éste pudiera ser menos estricto.
Por ello, los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y de los servicios veterinarios del parque de la naturaleza de Cabárceno, consensuaron el traslado de la osezna al recinto leonés, una vez superadas las graves lesiones que padecía inicialmente.
A su llegada a León la osezna Éndriga pesaba 30 kg, y en la actualidad ha superado ya los 36 kg de peso en los 4 meses que ha estado en el recinto de aclimatación, habiendo ganado un 20% de peso respecto de su llegada al centro.
Durante estos 4 meses se ha aplicado un estricto protocolo de vigilancia y de aporte alimenticio de manera que durante las primeras semanas la alimentación fue preferentemente a base de carroñas y frutos secos y carnosos (carne de corzo, huesos, bellota, hayuco, manzana, nueces y castañas), disminuyendo ya en las últimas semanas el aporte de frutos secos y carnosos para adecuar su alimentación a la que encontrará en los próximos días en el medio natural (carroña, hierba y bulbos).
Visto el estado de desarrollo del ejemplar, la ausencia de cualquier patología y de cualquier tipo de síntoma de habituación, el Grupo de Trabajo de oso pardo cantábrico aprobó en la reunión celebrada el 7 de abril su reintroducción al medio natural, que se realizará en los próximos días.
Ahora, el Comité Veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico decidirá de forma colegiada los siguientes pasos a dar en relación con el protocolo anestésico y sistemas de seguimiento a aplicar en la osezna para su aplicación en la operación de captura y anestesia que será coordinada en las instalaciones de Valsemana por los equipos técnicos de la Junta de Castilla y León con la participación de los equipos veterinarios del Principado de Asturias, del Gobierno de Cantabria, y del parque de la naturaleza de Cabárceno.
La operación de traslado y liberación al medio natural será coordinada por el Principado de Asturias en colaboración con el resto de personal técnico, veterinario y de campo de las tres comunidades autónomas.
Protocolo General de Actuación
El presente acto ha permitido también hacer público el compromiso de estas tres CCAA junto con la Xunta de Galicia, en formalizar un protocolo general de actuación para consolidar las actuaciones que de manera coordinada vienen realizando estas cuatro comunidades autónomas en relación con la rehabilitación y aclimatación de osos pardos cantábricos.
El objetivo de este protocolo es la optimización de los recursos humanos y las infraestructuras de las que disponen estas cuatro comunidades autónomas para hacer frente a la gestión del oso pardo, y las nuevas necesidades y retos que demandan la mejora del estado de conservación de esta emblemática y amenazada especie de la cordillera cantábrica.
Estas instalaciones, ubicadas en la 'Dehesa de Valsemana', en el término municipal de La Ercina, en el centro de la provincia de León, son propiedad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León y fueron construidas en los años 80 del siglo pasado. Gracias a las inversiones realizadas en estos dos últimos años por la Junta de Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica y del Reto Demográfico, se han convertido en el Centro de Referencia para la aclimatación de oso pardos en la Cordillera Cantábrica.
En el año 2019 fue la osezna Saba quien pasó por las instalaciones para su aclimatación previa a su reintroducción en el medio natural y en la actualidad la osezna Éndriga, procedente de Asturias, finaliza su aclimatación para ser reintroducida próximamente en el medio natural.
Tienen una superficie de unas 800 hectáreas, de las cuales 300 se dedican en exclusivo a la cría en semicautividad de corzo, siendo el resto monte abierto. Cuentan con una zona de instalaciones y servicios de unas 4 hectáreas en las que se ubica una casa museo, nave de servicios (zona veterinaria, cámara frigorífica…), zona de oficinas y baños, zona de cría de mastines, y 2 oseras de 0,60 y 0,92 hectáreas cada una, encontrándose también en su recta final la construcción del centro de cría en cautividad del urogallo cantábrico.
Durante los dos últimos años se han hecho inversiones en estas oseras por valor superior a los 100.000 euros para mejorar sus instalaciones y adecuarlas a las necesidades propias de un recinto de aclimatación de osos pardos. Estos recintos seminaturales de aclimatación, que cuentan con casi 15.000 m2, presentan arroyos con agua natural en su interior, arbolado, cuevas artificiales naturalizadas, salas de manejo y equipos de videovigilancia durante las 24 horas, además de un completo aislamiento de contacto humano, característica básica para evitar comportamientos de habituación de los ejemplares cuyo objetivo es la rehabilitación y aclimatación previa a su reintroducción al medio natural.
Estas instalaciones de aclimatación previa a la reintroducción al medio natural son decisivas para intentar devolver a osos con problemas al medio natural dándoles una oportunidad a estos ejemplares para su vuelta a la libertad y evitando así que tras su recuperación clínica su única alternativa sea como ejemplares irrecuperables en parques zoológicos o centros de educación ambiental.
Durante la tarde de hoy, han sido visitadas por el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, junto con sus homólogos del Gobierno de Cantabria, Antonio Lucio, y del Principado de Asturias, David Villar.
Oseznas Saba y Éndriga
Durante el año 2019 fue la osenza Saba la que permaneció en el recinto hasta el 5 de noviembre de 2019, período en el que se pudo comprobar su aclimatación al medio, realizando búsqueda del alimento aportado por todo el recinto. El ejemplar fue trasladado a un punto seleccionado en el Parque Nacional de Picos de Europa, donde se mantiene su seguimiento.
Desde el día 9 de diciembre de 2020 se recupera en el Centro de Referencia de Valsemana la osezna Éndriga. Esta osezna fue recogida durante el verano de 2020 por la Guardería del Medio Natural del Principado de Asturias, tras el seguimiento de una osa con dos crías en el Valle de Saliencia (Somiedo), que comprobó que una de las crías perdía condición corporal y le costaba cada vez más seguir al grupo, por lo que la madrugada del 27 al 28 de agosto se recogió el ejemplar y se trasladó a una clínica de Oviedo, donde se realizaron las primeras curas y estabilización del ejemplar.
Al ingreso de la osezna en la clínica veterinaria, presentaba hipotermia, hipoglucemia, y un peso muy por debajo de lo normal para su edad (6,5 kg – el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kg). Presentaba asimismo lesiones cutáneas que se diagnosticaron como sarna demodécica por raspado y observación al microscopio, además de numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras. En el hospital se estabilizó al esbardo, se rehidrató, se limpiaron y curaron sus lesiones cutáneas, se instauró un tratamiento farmacológico y se inició su alimentación hasta su traslado el 31 de agosto al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria.
La evolución de la osezna en los más de tres meses que estuvo ingresada en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria fue muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.
En el citado centro se mantuvo ingresada con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales del esbardo y evitar su habituación a las personas.
A pesar de que la evolución de Éndriga fue muy buena, y se pudo considerar a nivel clínico como “fuera de peligro”, el Comité Veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico consideró que no se trataba de una osezna apta para una liberación inmediata, puesto que su estado clínico, crecimiento y comportamiento aún requerían de cierto control, aunque éste pudiera ser menos estricto.
Por ello, los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y de los servicios veterinarios del parque de la naturaleza de Cabárceno, consensuaron el traslado de la osezna al recinto leonés, una vez superadas las graves lesiones que padecía inicialmente.
A su llegada a León la osezna Éndriga pesaba 30 kg, y en la actualidad ha superado ya los 36 kg de peso en los 4 meses que ha estado en el recinto de aclimatación, habiendo ganado un 20% de peso respecto de su llegada al centro.
Durante estos 4 meses se ha aplicado un estricto protocolo de vigilancia y de aporte alimenticio de manera que durante las primeras semanas la alimentación fue preferentemente a base de carroñas y frutos secos y carnosos (carne de corzo, huesos, bellota, hayuco, manzana, nueces y castañas), disminuyendo ya en las últimas semanas el aporte de frutos secos y carnosos para adecuar su alimentación a la que encontrará en los próximos días en el medio natural (carroña, hierba y bulbos).
Visto el estado de desarrollo del ejemplar, la ausencia de cualquier patología y de cualquier tipo de síntoma de habituación, el Grupo de Trabajo de oso pardo cantábrico aprobó en la reunión celebrada el 7 de abril su reintroducción al medio natural, que se realizará en los próximos días.
Ahora, el Comité Veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico decidirá de forma colegiada los siguientes pasos a dar en relación con el protocolo anestésico y sistemas de seguimiento a aplicar en la osezna para su aplicación en la operación de captura y anestesia que será coordinada en las instalaciones de Valsemana por los equipos técnicos de la Junta de Castilla y León con la participación de los equipos veterinarios del Principado de Asturias, del Gobierno de Cantabria, y del parque de la naturaleza de Cabárceno.
La operación de traslado y liberación al medio natural será coordinada por el Principado de Asturias en colaboración con el resto de personal técnico, veterinario y de campo de las tres comunidades autónomas.
Protocolo General de Actuación
El presente acto ha permitido también hacer público el compromiso de estas tres CCAA junto con la Xunta de Galicia, en formalizar un protocolo general de actuación para consolidar las actuaciones que de manera coordinada vienen realizando estas cuatro comunidades autónomas en relación con la rehabilitación y aclimatación de osos pardos cantábricos.
El objetivo de este protocolo es la optimización de los recursos humanos y las infraestructuras de las que disponen estas cuatro comunidades autónomas para hacer frente a la gestión del oso pardo, y las nuevas necesidades y retos que demandan la mejora del estado de conservación de esta emblemática y amenazada especie de la cordillera cantábrica.
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