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El Museo de Palencia presenta un sillar de piedra con una inscripción de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor de Quintanaluengos

 

El Museo de Palencia acoge estos días una nueva pieza románica que va a incrementar la colección de elementos arquitectónicos de este estilo de la exposición permanente. Se trata de un sillar cuadrangular de piedra arenisca que presenta una inscripción que, desde su publicación en 1918, se venía considerando como el epígrafe que fechaba la consagración o reconstrucción del edificio monástico de la Iglesia dedicada a los Santos Justo y Pastor de Quintanaluengos (Cervera de Pisuerga)q. Tras su transcripción por Leopoldo Torres Balbás en 1918 y la destrucción total de los pocos restos que quedaban en pie en torno a 1930, la inscripción había sido dada por desaparecida.

Si bien, hace unos años fue localizada embutida en la fachada de una casa de reciente construcción en dicha localidad. Las oportunas gestiones de la Junta de Castilla y León, así como la generosidad de los actuales propietarios de la vivienda, Diego González Heras y Marta Alberdi Irazola, han permitido su recuperación y exposición en el Museo de Palencia junto a los dos capiteles del arco toral de esa Iglesia. En su lugar ha sido colocada una reproducción, realizada en resina sintética que facilita su identificación y señala el punto en el que fue hallada.

La inscripción, en letra visigótica, se distribuye en tres líneas en las que se puede leer: ERA MCXLIII / II K(a)L(enda) N(oven)BRI(s) VITI / CIATO , y transcribir por: era 1143 (año 1105), segundas calendas de noviembre (30 de octubre) Viticiato. Esta fecha ha sido siempre considerada de especial relevancia por servir para fechar la fábrica de la citada iglesia así como la de los restos arquitectónicos que ella contenía y que se exponen en el museo. Además, la inscripción revela que este templo es uno de los edificios más antiguos del románico palentino, sobre todo del núcleo norteño, casi contemporáneo a la construcción de San Martín de Frómista, San Salvador de Nogal de las Huertas o San Zoilo de Carrión.

La iglesia de Quintanaluengos formó parte de un monasterio femenino advocado a los Santos Justo y Pastor, fundado probablemente en el siglo XI, donado en 1049 por doña Teresa Muñiz y sus hijos Munio y Momadona al Monasterio de Sahagún. Más tarde, pasaría a depender del priorato de lebaniego de Santa María de Piascas para terminar siendo arrendado al concejo de Quintanaluengos en 1461.

Los restos fueron dados a conocer por Matías Vielba en 1907 y llegó a ser visitado pocos años después por Leopoldo Torres Balbás, cuando ya solo quedaba en pie el ábside, permitiéndole hacer un pequeño estudio que incluía el croquis de la planta de la iglesia, varias fotografías y el dibujo y transcripción de la inscripción. Todo ello había desaparecido ya totalmente en la década de 1930, aprovechándose sus sillares para el nuevo cementerio del pueblo y la cimentación de un puente.

El templo, construido con sillares muy desiguales, constaba de una sola nave, crucero y ábside de planta cuadrada y estaba cubierto con bóveda de cañón. Los arcos, tanto el de la nave como el absidal, eran ligeramente ultrasemicirculares y se apoyaban sobre columnas, monolíticas las del ábside, con capiteles figurados toscamente labrados. Al exterior se abrían dos ventanales enmarcados por arcos de la misma forma sobre columnillas. Dentro de la ventana del ábside se alojaba una estrecha saetera con el relieve de un caballo en la parte alta y la inscripción que ahora exponemos en la base. El interior estaría recorrido por una línea de imposta con ajedrezados, motivo que aparecía igualmente en los canecillos del muro oriental, todo de factura muy rústica. En la clave del arco triunfal había esculpido un crucifijo cuya cruz se ensanchaba en las extremidades.

En 1942 ingresaron en el Museo de Palencia los dos capiteles del arco triunfal, la clave del arco con crucifijo, dos fragmentos de imposta con taqueado y una ménsula con la misma decoración, además de otro capital figurado perteneciente al arco que daría entrada al tramo recto de la pequeña nave. En la reforma museográfica de la planta expositiva dedicada a la Edad Media, acometida en 2013, dos de estos capiteles fueron expuestos en el nuevo espacio dedicado a esta iglesia, a los que ahora se une la piedra con la inscripción que se hallaba originalmente en la ventada del ábside.

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