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Cantabria mantiene activo un operativo de seguimiento y captura del oso herido en Liébana


El Gobierno de Cantabria acaba de informar de que mantiene activo un operativo de seguimiento y captura del oso herido en la cordillera Cantábrica, en la zona limítrofe entre esta provincia y la Montaña Palentina, desde el pasado 21 de noviembre, cuando se tuvo conocimiento de los hechos. En ese operativo se han incluido dos fases de activación de una trampa para su captura: una primera del 22 al 28 de noviembre, y una segunda que se ha iniciado el 5 de enero y que se mantiene activa en la actualidad. Para ello, están instaladas y activadas permanentemente cámaras de disparo automático con grabación de vídeo en las zonas de campeo del oso, que están permitiendo obtener imágenes del ejemplar, de su comportamiento y de su condición física, y que son analizadas por los veterinarios.

Según la comunidad vecina, en el operativo están implicados guardas, veterinarios y técnicos de conservación de la naturaleza, se han contado con la colaboración del Principado de Asturias, que ha cedido la trampa Culvert, de la Junta de Castilla y León en la coordinación de labores de seguimiento, y del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, al que se ha solicitado la participación en el operativo de captura de expertos en el uso de otros métodos de trampeo que se incorporarán al operativo en caso de que el sistema actual de captura no resulte eficaz. 

Cantabria explica que la desactivación de la trampa durante el mes de diciembre no obedeció ni a falta de personal ni al “desinterés” de la Dirección General, como algunas organizaciones han tenido el atrevimiento de afirmar, sino al criterio de veterinarios expertos en manejo de osos heridos, que fueron consultados por los profesionales del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, dependiente de la Consejería. Entre las alternativas que se han barajado desde la puesta en marcha del operativo está intentar la captura del oso no solo por su estado físico, sino y sobre todo por su comportamiento y los riesgos que el mismo supone. Esos dos factores son los que han determinado el modo de actuación en cada momento en un operativo que no se desactivará hasta la captura del oso o hasta que el estado físico del mismo y su comportamiento aseguren que no existen riesgos ni para las personas ni para el propio animal.

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