El PSOE se preocupa que el daño que el ganado está causando en la ermita rupestre de San Martín de Villarén de Valdivia
El paso del ganado, y más concretamente de las ovejas, está causando daños en la ermita rupestre de San Martín, situada en Villarén de Valdivia, según explica el PSOE de Palencia en una pregunta en las Cortes a la Junta, a la que cuestiona sobre las medidas de protección que se han puesto al respecto. Según la Consejería de Cultura, el Ejecutivo autonómico responde a los procuradores socialistas Jesús Guerrero y María Consolación Arroyo que "no se tiene constancia de denuncia alguna en este sentido".
Además, afirma que son los propietarios de los bienes culturales los que tienen que asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro. No obstante, con el fin de colaborar en el cumplimento de este deber de los propietarios y gestores, desde la Consejería de Cultura y Turismo se han llevado a cabo varias actuaciones en el yacimiento, afirma la respuesta escrita. Según la Junta, dado que durante mucho tiempo este espacio se usó como lugar de almacenaje de aperos de labranza e incluso como resguardo de la ganadería, "en 1999 fue objeto de trabajos de limpieza y adecentamiento, tanto del interior como de los entornos, que incluía también la instalación de un atril explicativo de las características del eremitorio; todo ello de cara a facilitar la visita y comprensión del enclave". Desde entonces, la única actuación que consta es la renovación de la señalización de la ermita.
El entorno
La ermita de San Martín se encuentra excavada sobre una ladera caliza en la parte más elevada y a la izquierda de las primeras casas del pueblo. Lo más sobresaliente de este eremitorio es una inscripción en la antesala de entrada que, además de confirmarnos su dedicación a San Martín, revela la fecha de su consagración, circunstancia sumamente importante y nada frecuente en este tipo de eremitorios; sin embargo, la difícil interpretación de dicha inscripción ha motivado que no haya acuerdo respecto a su datación, siendo la teoría más sólida aquella que la fecha a mediados del siglo XI, seguramente aprovechando un abrigo ya utilizado desde tiempos pretéritos dada su cercanía al monte Bernorio.
Además, afirma que son los propietarios de los bienes culturales los que tienen que asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro. No obstante, con el fin de colaborar en el cumplimento de este deber de los propietarios y gestores, desde la Consejería de Cultura y Turismo se han llevado a cabo varias actuaciones en el yacimiento, afirma la respuesta escrita. Según la Junta, dado que durante mucho tiempo este espacio se usó como lugar de almacenaje de aperos de labranza e incluso como resguardo de la ganadería, "en 1999 fue objeto de trabajos de limpieza y adecentamiento, tanto del interior como de los entornos, que incluía también la instalación de un atril explicativo de las características del eremitorio; todo ello de cara a facilitar la visita y comprensión del enclave". Desde entonces, la única actuación que consta es la renovación de la señalización de la ermita.
El entorno
La ermita de San Martín se encuentra excavada sobre una ladera caliza en la parte más elevada y a la izquierda de las primeras casas del pueblo. Lo más sobresaliente de este eremitorio es una inscripción en la antesala de entrada que, además de confirmarnos su dedicación a San Martín, revela la fecha de su consagración, circunstancia sumamente importante y nada frecuente en este tipo de eremitorios; sin embargo, la difícil interpretación de dicha inscripción ha motivado que no haya acuerdo respecto a su datación, siendo la teoría más sólida aquella que la fecha a mediados del siglo XI, seguramente aprovechando un abrigo ya utilizado desde tiempos pretéritos dada su cercanía al monte Bernorio.
Se distingue en el interior, tras un breve nártex o antesala de entrada, una estructura de dos naves que quedaban separadas por un soporte central hoy desaparecido. Remataban ambas en dos ábsides de planta cuadrangular recorridos a lo largo de todo su perímetro interior por un banco corrido. Es en la pequeña sacristía o nártex en la que se halla a la altura de los ojos la inscripción anteriormente mencionada. Tanto dentro de la ermita como fuera, existe una notable necrópolis y pueden localizarse bastantes tumbas antropomorfas excavadas también en la piedra arenisca.
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