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La Fundación Oso Pardo explica que el encuentro de un ejemplar con un vecino de Polentinos se debió a una "reacción defensiva"


El pasado martes 6 de marzo, un vecino de 77 años de la localidad palentina de Polentinos (Palencia) resultó magullado al ser golpeado por un oso y caer al suelo cuando paseaba por el monte en el Parque Natural de la Montaña Palentina. Según ha relatado él mismo a la Fundación Oso Pardo, el encontronazo se produjo cuando se internó en un paraje con vegetación espesa y rocas para ver por qué ladraba su perro. Al acercarse, un oso se levantó delante de él y su primera reacción fue golpearle en el hocico con la vara de caminar. El oso le golpeó con una pata sin causarle heridas tirándole al suelo y a continuación huyó. El hombre, afortunadamente, no ha sufrido más que algunas magulladuras a causa de la caída, de las que fue atendido por los servicios sanitarios cuando acudió a ellos al día siguiente.

Este incidente responde a algunas de las características típicas en que se han producido otros percances con osos: transitar fuera de caminos internándose entre la vegetación y las rocas que son zonas preferidas por los osos para descansar, y llevar perros sueltos, que pueden hostigar al oso desencadenando una reacción defensiva por parte de éste.

Aún así, este caso vuelve a poner de manifiesto que los osos de la Cordillera Cantábrica no presentan un comportamiento agresivo en el ataque, pues se limitan a defenderse ante lo que consideran una amenaza sin ensañarse con las personas. Se trata siempre, como ha ocurrido también aquí, de reacciones breves en las que el contacto con la persona apenas dura unos segundos, seguido de la huida del animal.

Con motivo de la recuperación de la especie en la Cordillera Cantábrica y el aumento de posibilidades de encontrarse con un oso en el monte, la Fundación Oso Pardo ha elaborado una información gráfica en la que se ofrecen las pautas para no favorecer un encuentro con osos.

No obstante, lo más normal es que los osos detecten a los humanos y los eviten, marchándose antes de que la persona o personas se den cuenta de la presencia del animal. Aún así podemos seguir unas sencillas pautas en nuestros paseos por el monte: no adentrarse en vegetación cerrada y roquedos, llevar a los perros atados o muy controlados, no abandonar rutas y senderos, no acercarse a las carroñas y, desde luego, no seguir rastros de osos.


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