Barruelo de Santullán honra con una calle a Adrián Fernández, su alcalde republicano fusilado en 1936

El Ayuntamiento de Barruelo de Santullán ha querido rendir un homenaje a Adrián Fernández, el alcalde republicano del municipio fusilado en 1936, con la inauguración el pasado sábado de una calle en el barrio San Pedro. Por acuerdo del pleno municipal, la antigua calle Nueva llevará a partir de ahora el nombre de este edil represaliado al poco de comenzar la Guerra Civil Española. Al acto, celebrado en este mismo lugar, acudieron decenas de vecinos. "Es digno de nuestra corporación mantener viva la memoria histórica", ha apuntado el Consistorio a través de sus redes sociales.

Adrián Fernández Gutiérrez nació en 1897 en el municipio cántabro de La Loma de Valdeolea y era minero de profesión. En su juventud trabajó durante unos años en Francia. A su regreso entró como picador en las minas de San Cebrián y posteriormente en la Compañía del Norte en Barruelo. Fue presidente del Sindicato Minero Castellano creado en 1918. Participó en la reorganización de la AS de Barruelo en agosto de 1920, a la que representó en el Congreso Extraordinario del PSOE en 1927 y en el XII Congreso en 1928. Fue vocal suplente por Castilla La Vieja en el Comité Nacional del PSOE desde 1933 a 1936. 

Elegido concejal del Ayuntamiento de Barruelo en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, fue posteriormente alcalde, ejerciendo dicho cargo cuando se produjo el golpe de Estado de julio de 1936. También fue diputado provincial del PSOE por Cervera de Pisuerga (Palencia) durante la Segunda República. y vocal del Jurado Mixto de Minería (Sección Hulla) en Palencia. En 1933 fundó la revista Vida Social, órgano del PSOE y la UGT en la provincia de Palencia. 

Como muchos otros compañeros, al inicio de la Guerra Civil fue detenido por los falangistas, en su caso el 22 de julio de 1936 en Espinosa de Villagonzalo y posteriormente fue encerrado en la cárcel Modelo y condenado a muerte en Consejo de Guerra. Según se recoge en los archivos de la Fundación Pablo Iglesias, le fusilaron en Palencia el 16 de agosto de 1936. Su esposa, Dolores Alonso Presa y su suegro Benito Alonso Lavallina fueron asesinados meses después en Nestar (Palencia) en presencia del hijo y nieto de ambos, de 12 años.